En las llanuras de la costa caribeña colombiana, en el actual departamento de Córdoba, vivía, a la llegada de los “conquistadores”, el pueblo de los Zenúes.En base a estudios lingüísticos,se pudo establecerse que los Zenúes tuvieron origen amazónico. En efecto, hablaban una lengua del grupo Caribe, hablada en Amazonia y en el territorio Caribe.Cuando el castellano Pedro de Heredia, hizo sus primeras excursiones en este territorio, el pueblo de los Zenúes se dividía en tres reinos: Pancenú, Fincenú y Cenofana.La base de la economía Zenú era la agricultura. Habían construido canales que utilizaban para irrigar enormes áreas cultivables. El pueblo Zenú se distinguió también por la artesanía y por el arte de tejer. Producían vasos de cerámica decorados con figuras antropomorfas y tejidos de algodón que eran intercambiados con los pueblos vecinos.Había tres centros principales: Mexicon, Yapel y Fincenú.Este último era el lugar religioso más importante y era utilizado para la sepultura de los Caciques.Sobre las fosas se sembraban árboles, en donde se dejaban tintinear al viento discos y campanas de oro.Los Zenúes tenían una relación particular con el oro y con las piedras preciosas. Antes que nada, no le daban un valor intrínseco sino, más bien, espiritual, conectado con la Divinidad principal, el Sol.Las joyas de oro, magníficamente elaboradas, se dejaban junto a armas y tejidos en las tumbas, para acompañar al difunto en su último viaje.En estos tiempos se encontraron estatuas de madera cubiertas de oro macizo, que lamentablemente, fueron fundidas y enviadas a España.